Sabía que no me esperarías. Lo supe desde el primer momento que te oí llegar. Con tanta torpeza, como siempre.
Sabía, sabía que esta vez me volverías a mentir: como siempre, como todas las veces. Te caracterizas por eso. Aún así, esta vez parecía casi real... Y que encima tengas la desfachatez de decirme que te hice daño. Eso si que no, no te lo perdono.
Y es que lo sabía y fui gilipollas. Y volví a caer en la trampa.
Y ahora dime que no es cierto pues no es eso lo que yo veo.
Caer, para volver a levantarte. Reza todo lo que sepas. No te mereces ni que te mire a la cara.
Lo supe y encima volví a creermelo.
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