lunes, 27 de junio de 2011

Verdades que no duelen por fuera

Siempre que decimos algo malo, lo maquillamos, lo anestesiamos, de tal manera que duela menos. Como si así la cosa fuera más sencilla... El problema llega cuando te quedas sola, y empiezas a dar vueltas... Parece que no fue nada, pero duele. Tanto como cuando te arrancan la piel a tiras...
Pero no. Nadie puede enterarse de nada. La procesión debe ir por dentro. Dolerá menos a simple vista, aunque te quemes... Y poco a poco seguiré acumulando mierda en el rincón. 
Gracias a tus acciones.

Esperaré a que llegue el día en el que reviente. Una pena que nos queden tan poquitos...

lunes, 20 de junio de 2011

Ya no arranco más

cuando dices ya, es ya. 
No puedo moverme...

Abriste el cajón... Y salió todo.
Yo ya, después de esto, no puedo hacer nada... Arriesgué mucho en la última partida y he perdido. 
No me duele, sólo siento decepción. Pienso en lo que fuimos y en lo que pudimos ser y me da mucha lástima porque sólo vivimos mierda, sí, y pretendía un último momento que abriera la puerta a algo mágico.
Pero nada de nada. Así que cerraré lo que abrí, volveré a vivir como lo hice antes: cerrando y plastificando los problemas...

Una última cosina: Gracias por enseñarme a andar entre la mierda, por mostrarme lo que es el autoengaño, el sufrimiento, las ganas de tirarme al vacío...Gracias, por los momentos malos, de verdad. Porque sin ellos no viviríamos los buenos... Es una pena que sólo aparezca lo peor, pero recuerda que nunca olvidaremos aquellas noches, aquellos instantes, que desembocaron al suicidio...

domingo, 12 de junio de 2011

Distopía

Te llevaré alto, lejos... yo misma.
Tocarás el cielo conmigo y llegarás a donde nadie jamás te ha llevado...
Correrás por los tejados y, encontrarás mi casa. Me agarrarás de la mano y me susurarás "salta"
(...)
Y volaremos... Más alto que las golondrinas, que los globos de feria. Traspasaremos la frontera de las nubes y con un leve gesto, saludaremos a los aviones.

Se hará de noche. Correrá el tiempo... Pero no importa, sólo estamos tu y yo, yo y  tú.
Alcanzaremos nuestra estrella, nuestra casa... Y es aquí cuando nos prepararemos para descansar, después del duro día.
Me apoyaré sobre tu pecho, deseando que ese momento no termine nunca.. ¿Y tú? Por fin cierras los ojos, porque sabes que ese momento lo viviremos todos y cada uno de nuestros días...

Yo aún no lo veo... Pero te dije que te llevaría lejos, alto.


omitible: no es lo que parece.

viernes, 10 de junio de 2011

No puedo.

Ésto no era lo que te esperabas, ¿verdad?... Yo tampoco, de hecho no te hablé de este pensamiento concretamente. Pero es que no puedo subirlo, no. No puedo...

Y siento no poder, porque tal vez las cosas cambiarían, tal vez.
Tengo que sentir que estas, que formas parte de mi....
Y por ahora no siento nada...

Y es una lástima

jueves, 2 de junio de 2011

¿Cómo quieres que te eche de menos si no te marchas?

Después de treinta minutos mirando el teléfono se dio por vencida. Amanecía, ya. Parecía que llegaba el verano, o tal vez el otoño... No lo tenía claro.
Abrió la ventana de par en par y se fumó un cigarrillo. Su mirada deambulaba por las casas vecinas: cada uno de  sus inquilinos tenían cosas que hacer... ¿Y ella? "¿Porque no hago nada?" Se decía a menudo.
Tras su cigarro matutino, comenzó (por orden) a: lavarse, mirar el móvil,  hacer la cama, mirar el móvil,  calentar comida precocinada (era muy mala cocinera), mirar el móvil, ver la televisión hasta altas horas de la noche y mirar el móvil. Así una y otra vez, todos los días de aquella estación tan extraña... No había nada ni nadie que le cambiara la vida. Nada.

Comenzó otra nueva estación: otoño, o tal vez invierno. Los hábitos rutinarios eran los mismos... y el teléfono sin respuesta...
Pasaron años, en los que perdió la cuenta del tiempo en que llevaba encerrada en casa, del tiempo en el que esperaba una llamada, del tiempo en el que no sonreía... Ya nada importaba, sólo la dichosa llamada que le cambiase de una vez por todas la vida... Y no llegaba

Y un 14 de marzo ocurrió. el teléfono empezó a sonar. casi no se acordaba del sonido que hacia debido a los años sin usarlo. La conversación fue breve:
- ¿si?, bien... ¡Perfecto!... No, no quiero nada. Sigo bien.. Gracias.

Se miró al espejo, y después de muchos años, sonrió... Y no pudo evitarlo.
Inmediatamente después salió (después de años) al jardín, en busca de una cuerda fuerte y consistente, pasó por la cocina y agarró un taburete. escogido al azar, naturalmente. Colocó la cuerda a la viga principal de la casa, la que sujetaba el techo y se subió al taburete. Se colocó la cuerda al cuello (el nudo si fue premeditado) y dijo: " Gracias". inmediatamente después tiró el taburete.

miércoles, 1 de junio de 2011

gracias a todos por este fantástico año, no sois profesores, sois padres (:

Señoras y señores: usen protección solar.
Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.
Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:
Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.
No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado.
Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad.
No estás tan gordo como imaginas.
No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.
Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera.
Todos los días haz algo a lo que temas. Canta.
No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.
Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde.
La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo.
Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).
Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida.
Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.
Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.
Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no.
Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.
Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.
No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás.
Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.
Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.
Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.
Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro.
Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño.
Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.
Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas.
Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.
Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.
Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores.
Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará.
No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.
Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.
Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso en lo del protector solar.