jueves, 19 de noviembre de 2009

Nada...



Tras haber filosofado sobre el tiempo, de nuevo me encuentro aqui, escribiendo por obligación, buscando vias alternativas al aprobado (no se lo tome a mal profesor... Me apetece muy poco estudiar la edad media y demás: ¿Qué me importa si existieron las cantigas de amigo o las jarchas?)

Llevo exactamente dos minutos dandole vueltas a los pensamientos y ¿Qué se me ha ocurrido? Nada. Pero nada de nada. La nada que nada es. Bueno es algo... Inexplicable pero es algo...
Todas las personas lo identificamos como el final de cualquier actividad, el final de la vida, de aquel día tan especial... Como en las películas, despues del cast, nada. Pero ¿Quien ha estado alli, para decir que no es nada? Tiene que existir algo al final. No puede ser un tunel con un final de pared.

He estado cerca de la nada, quizas haya visto la puerta... Pero no entré por miedo...

viernes, 9 de octubre de 2009

Pequeñas, medianas y grandes cosas...


El tiempo... A veces nuestro enemigo, otras, nuestro aliado... Es aquello que de pequeños nos olvidamos y de viejos lo convertimos en nuestro mejor amigo, el mejor quizás, porque sabemos que el no nos abandonará, que cuidara de los nuestros, de los suyos de los nuestros que al fin y al cabo son nuestros también.

El tiempo lo ralentizamos, lo saboreamos en algunos instantes...En otros, lo maldecimos por su rápida velocidad pero nos equivocamos porque somos nosotros, las personas, las que les ponemos velocidad a este individuo: despacio, deprisa, despacio, deprisa... él siempre va a la misma velocidad constante... Porque nació así y nadie pararlo ni acelerarlo. Por tanto es un error culparlo de sucesos que nos ocurren, que ojala no hubieran ocurrido.

El tiempo... ese que manda en nuestras vidas...