miércoles, 12 de octubre de 2011

12 de octubre: Día de las fuerzas armadas... Día en el que te vi inflado de mediocridad por primera vez. Por última vez.

Parece que no me atrevía a venir. Era por el miedo a perder lo que me quedaba.
Me autoprometí que  la próxima sería la definitiva y... aquí estoy. Vengo dispuesta a contar la historia de este pequeño individuo (ver imagen1) .
Resulta que duraría lo que duraríamos. Y el cabrón se ha portado demasiado bien: me ha esperado, me ha echo sufrir, me la liado los cables... ¡Me montó unas movidas!
Ya un día dije: " Mira tío.. ya está. ¿No ves que se están riendo de nosotros?, Voy a matarte. Y piensa que es con buena intención..." Proseguí a contarle toda la historia (pensé que no la veía). Del tira y afloja que mantuve, el por qué a veces perdía aire sin saber por qué, golpes de silencio, de lágrimas... Quedé satisfecha, a gusto. Pero al instante me di cuenta que el lo sabía; lo sabía todo. Él era el culpable de que me sintiera bien las mañanas de verano o de que la echase de menos al salir por la puerta. Él era el que no me dejaba desviar la mirada de sus ojos, de su cara...
Lo miré a la cara, con rabia. Su silencio me había matado...
Entonces lo vi... Me pedía la muerte, sonriendo... Me di cuenta: la única culpable era yo. Por luchar con problemas que me venían grandes desde un principio, por agarrar la mano equivocada, por dejarme llevar... Estaba ahí y no lo veía... ¡Que mas da lo que ella hiciera! Siempre iba a estar ahí. Aunque me pisase o me llevase a las nubes. No me daba cuenta de nada, sí, no me daba cuenta...
De repente mi vida, bueno, mis dos últimos años pasaron como un haz de luz, rápidos, tal y como transcurrieron... Mis lágrimas recorrieron mi cara buscando libertad... Dediqué una sonrisa al pasado, al principio del comienzo y una mueca asqueada al final, a lo mas cercano al presente... A continuación le pedí perdón, feliz, sonriente, dándole las gracias... Porque él si que estuvo allí, estuvo aquí...

Me sonrió... Como nunca.

Con paso decidido cogí una aguja y me acerque a él...

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