domingo, 5 de febrero de 2012

Fría, distante, apartada, fronteriza, lejana, remota... Y el disfraz tal vez lo guarde. Porque quiere ser un tigre

Te arrancas el disfraz de tigre de una manera sobrenatural. Con vistas hacia lo que pudiese pasar, flei se coloca delante del espejo y empezó a quitarse las costras que le quedaban en el cuerpo. Algunas cayeron con el paso de los días pero otras estaban pegadas de tal manera que necesitabas una espátula para poder eliminarlas.
Lloraba...
Pero no de dolor sino de rabia. Rabia porque dejaba marchitar su vida a costa de que los otros disfrutasen. Rabia porque le gustaba taparse los ojos ante los hechos fehacientes. Rabia porque estaba cansada de tanto dar sin recibir... Esto no es la beneficencia señores, es la vida. Y no te puedes pasar toda la vida como el buen samaritano: dando, mientras los demás escogen solo lo que les conviene.
Flei no le niega la ayuda a nadie pero está cansada de ser la única que anda sabiendo correr. Mientras, ellos han aprendido a montar en bici, gracias a ella...
Y no la esperan...
Y ahora ella está frente al espejo, quitándose los recuerdos, las líneas negras... Quitándose el disfraz de tigre.

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