domingo, 29 de enero de 2012

Eso sí fue un gran impacto. Golpeas bien (:

“porque hemos olvidado lo que fuimos antes de que pasara todo…”
Después de una noche espectacular me levanté y estabas ahí. Nunca pensé en que nuestra historia tuviese final. Con suma cautela te toqué la cara, intentando no despertarte. Para eso soy muy buena… Abriste los ojos al primer contacto. Y sonreíste. Te lo notaba, tú tampoco pensabas en el final.

Despacio. Me recorres. Viajas por mi cuerpo
Despacio, te beso. Yo no viajo, solo disfruto el momento.
Pero todas las historias imposibles tienen un final imposible, el nuestro tardó en llegar. Llegó de la peor manera posible. Llegó, que ya es mucho.
Cuando una tiene las piezas equivocadas tiene dos opciones: o las tira y busca las que realmente quiere o las ensambla aunque sepa que no encajan. Las mías no es que no encajasen, es que simplemente eran de otro material. Ni tan siquiera podía arrimarlas al puzzle. Pero ya sabes que soy muy cabezona y hasta que no veo todo como quiero, no quedo a gusto.
Al final nos tiramos los muebles a la cabeza y dejamos los restos en la calle. Dividimos el camino y no volvimos a retroceder. Creo que fue la mejor idea que tuvimos porque evitar lo evidente era algo que no podía llegar muy lejos…

Tú desapareciste. Yo estoy perfecta. Sí. Me di cuenta hace unos días cuando quise volver a remover la mierda y desgraciadamente (ya sabes como soy :P) no me salió ninguna lagrima. Todo lo contrario: sonreí con momentos, ahora convertidos en fotografías, mensajes y libretas. Dormí como dios.
Al día siguiente desperté y volví a suspirar porqué, ¿sabes? Vuelvo a suspirar de nuevo. Me tienes que enseñar a enamorarme como dios manda porque llevo carrera…
No te voy a engañar. Estoy decepcionada, pero se como eres. Golpeas y te autoengañas que no duele. Pero si te miro a los ojos puedo ver la herida que dejé, puedo ver como la abres algunas veces y la coses con los peores momentos que vivimos. No pasa nada. Ya se lo que hay.


Sólo el tiempo arregla y cicatriza. Probablemente no vuelva a pensar en esto hasta dentro de diez días o hasta que alguien me lo recuerde. No lo sé. Lo único que tengo seguro es que este día no lo olvido así como así (una putada que este año sea bisiesto, oye...). Pero bueno, mañana me levantaré y volveré a suspirar por el nuevo camino que escogí, ese que no es tan fácil como el nuestro… En fin como tu dices “a ostias se aprende”… De alguna sacaré algo bueno.


Un besin, feliz día y cuenta hasta veinte.



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