No tengo que dar explicaciones ni recordar el sabor amargo de ciertos momentos pasados. Ni siquiera tengo porqué contestar y mucho menos entrar al trapo, refiriendome claro está a lo que de toda la vida me pareció injusto
Y es que, mira, si me pierden, me perdieron, pero no se pueden pasar el resto de sus vidas lamentandose y mucho menos echar la culpa a otras personas. Incluso tienen la decencia de cargarlas a mi espalda...
Lo que mas lástima me da es que tus últimas balas fueron placenteras: decirme lo que quiero escuchar. Es lo mas sencillo. Pero de que te sirve si a mis espaldas me apuñalas y me consideras la culpable de todas las inmundicias del mundo. Un consejo: RECUERDA, objetivamente y,si lo haces bien, lo mejor que puedes hacer es agachar la cabeza.
Y es que el ambicioso tiene dos finales: o es feliz toda su vida o lo pierde todo.
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